Intervenciones Bicentenarias [five public works, 2010]
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Intervención Bicentenaria 3/5 - Parque Central, Ciudad de Tecate, Baja California |
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Intervención Bicentenaria 3/5 - Parque Central, Ciudad de Tecate, Baja California |
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Intervención Bicentenaria 3/5 - Parque Central, Ciudad de Tecate, Baja California |
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Intervención Bicentenaria 3/5 - Parque Central, Ciudad de Tecate, Baja California |
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Intervención Bicentenaria 1/5 - Instituto de Cultura de Baja California, Tijuana, Baja California |
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Intervención Bicentenaria 1/5 - Instituto de Cultura de Baja California, Tijuana, Baja California |
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Intervención Bicentenaria 1/5 - Instituto de Cultura de Baja California, Tijuana, Baja California |
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Intervención Bicentenaria 2/5 - Instituto de Cultura de Baja California, Rosarito, Baja California |
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Intervención Bicentenaria 2/5 - Instituto de Cultura de Baja California, Rosarito, Baja California |
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Intervención Bicentenaria 2/5 - Instituto de Cultura de Baja California, Rosarito, Baja California |
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Intervención Bicentenaria 4/5 - Centro Estatal de las Artes (CEART), Ensenada, Baja California | |
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Intervención Bicentenaria 4/5 - Centro Estatal de las Artes (CEART), Ensenada, Baja California |
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Intervención Bicentenaria 4/5 - Centro Estatal de las Artes (CEART), Ensenada, Baja California |
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Intervención Bicentenaria 4/5 - Centro Estatal de las Artes (CEART), Ensenada, Baja California |
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Intervención Bicentenaria 5/5 - Centro Estatal de las Artes (CEART), Mexicali, Baja California |
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Intervención Bicentenaria 5/5 - Centro Estatal de las Artes (CEART), Mexicali, Baja California |
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Intervención Bicentenaria 5/5 - Centro Estatal de las Artes (CEART), Mexicali, Baja California | | | | | |
Una Invitacion a voltear hacia nosotros mismos
Las Intervenciones Bicentenarias de Roberto Romero-Molina son una
invitación a voltear hacia nosotros mismos. Con el motivo del festejo
del Bicentenario de la Independencia y el Centenario de la Revolución
Mexicana, el artista visual rescata textos constitutivos de la Nación
mexicana, fundamento de un supuesto ser nacional, y se apropia de ellos.
Estos textos no son solamente escritos oficiales que definen derechos y
obligaciones sino parte de la historia y propiedad de todos los
mexicanos. Con ese gesto, R. Romero-Molina sugiere que nos planteemos
qué sabemos de la historia nacional, cómo nos situamos frente a ella y
a la pertenencia a una entidad – una identidad- nacional. Un
elemento importante de esta obra es que nos cuestiona desde la
“periferia” -el territorio fronterizo- que también es centro (de
lógicas industriales, de flujos económicos y humanos, también de
cierta producción artística). R. Romero-Molina vive y trabaja en
Tijuana, y esta serie de obras fue pensada para ser expuesta en
diferentes sedes de centros culturales del estado de Baja California.
Ese cuestionamiento acerca de la relación con la historia y la
pertenencia nacional es recurrente en la historia fronteriza. Nos
recuerda implícitamente que el territorio fronterizo - que el centro y
demás regiones repudian por “pocho”, por sumiso- fue en varios
episodios de la historia nacional un territorio de resistencia, de
defensa patriótica, precursora en más de una ocasión. Como
artista tijuanense omite voluntariamente el tema de la frontera, en
parte porque ha generado muchas visiones estereotípicas y “exotizantes”
en el arte. Como si siempre se esperara de los artistas fronterizos que
estén obsesionados por ese tema y no puedan salir del localismo o del
regionalismo a la hora de crear. Como si la obra de un artista de esa
región fuese condicionada y legitimada solamente por el hecho de ser
fronterizo. Sin embargo el artista asume que esa condición sí
influencia su trabajo: aquí en la frontera hay cierta irreverencia que
permite cuestionar, deconstruir y crear con la “materia” política con
más libertad que en tierras más conservadoras. También es una
influencia fronteriza ese juego con el reuso. Las letras son recicladas,
usadas como materia prima para formar nuevas palabras, ideas
diferentes. Las letras tienen aquí el mismo ciclo que los objetos
reciclados en la frontera : en el reuso se conserva la memoria de la
primera existencia del objeto pero esa no condiciona su destino. La
elección de los fragmentos de textos que sirven de base a estas cinco
obras no es inocente : el contenido político de éstos es evidente y
fuerte. Cuestiona directamente nuestra relación a la historia, a esos
personajes que lucharon y consiguieron esos derechos inscritos en textos
que nos amparan. El artista plantea esta pregunta esencial: nosotros,
actores del presente, qué estamos haciendo con esa herencia? R.
Romero-Molina deconstruye lo “sagrado” de esos textos, tomándose la
libertad -y sugiriendo que todos la tomemos- de apropiarse y
reinterpretar estas declaraciones célebres. Finalmente los textos son
un pretexto a la relectura. Con eso el artista también deconstruye
la fortaleza intelectual para acercarse al ser, a algo universal que
está en el hypertexto más allá del texto, del intelectualismo y de la
galería. El artista se considera como el producto de la
interferencia entre múltiples voces, influencias que reconoce en él. A
través de la apropiación y el hypertexto se pone en búsqueda de su
propia voz. La voz que es cada uno de nosotros despojado de las
influencias externas, nosotros cuando nadie nos ve...nosotros cuando
leemos un texto y nuestra mente lee automáticamente un hypertexto
único, del cual pocas veces tomamos consciencia. El hypertexto se
convirtió en un concepto común al ser un elemento recurrente del
paisaje en la red. Nos estamos acostumbrando a esa multiplicidad de
sentidos, a saber que en un texto hay sentidos ocultos y una red de
textos e ideas vinculadas con él. El artista nos pone frente a esa
decisión: tendremos la curiosidad de seguir el hilo que nos lleva a
entrar en ese otro nivel de significado o quedaremos encerrados en lo
que se muestra, en lo que se dice? La apropiación y el uso del
hypertexto tienen aquí varias facetas. Primero, revelan una verdad
fundamental: todos leemos lo que queremos leer, en un texto como en la
vida. Este texto podría tener una infinidad de ramificaciones
distintas. A la inversa el mismo hypertexto hubiera podido destacarse de
otro texto. Porque se refiere a la experiencia del artista, a su
postura ante la vida. Y más allá de su subjetividad, los destellos
filosóficos que son estas obras representan el entrelazamiento entre
los tres niveles de la vida humana: un nivel subjetivo, un nivel
colectivo – aquí nacional, inscrito en el texto- y un nivel universal.
Con esta relectura el artista nos obliga también a romper con el
mecanismo habitual con el cual nuestro cerebro compone de manera
coherente un texto desorganizado. Aquí la intuición y el intelecto son
desafiados por esa desorganización del discurso, por la obligación de
ir en búsqueda de un sentido no evidente. Con ese “juego de palabras”
Romero Molina rompe también con toda la retórica que rodea el arte y
sus espacios de exposición. El arte casi siempre se presenta como un
discurso coherente, pre-interpretado. Estamos acostumbrados, como
espectadores, a que los iniciados -muchas veces los curadores más que
los mismos artistas- nos digan qué mirar y qué entender de lo que
vemos. Aquí al contrario nos quedamos solos frente a la relectura de
estos textos que muchos tenemos olvidados y frente a las propias
declaraciones del artista que van sin explicación ni teoría. Con
esta serie de piezas Romero-Molina retoma una tradición muy antigua en
el arte, la de esconder significados, mensajes ocultos, transcendentes
en objetos y obras. Como creador orienta y sugiere percepciones y
pensamientos, y deja la posibilidad al espectador de reinterpretar el
texto,. Estas Intervenciones Bicentenarias aprovechan esta ocasión
de festejar lo que nos une históricamente -la pertenencia a una
nación, el conocimiento de las figuras y hechos que fundaron esa
unidad, una idiosincrasia específica - y de cuestionar lo que nos une
en realidad : derechos y obligaciones pero más allá de eso una
condición humana, de la cual somos actores, una libertad de la cual
somos responsables, un país cuyo rumbo fabricamos entre todos. O hacía
debería de ser parece decirnos R. Romero-Molina con este homenaje
implícito a México.
Irina Georgieff
Antropóloga Social